miércoles, 27 de noviembre de 2013

Imi Knoebel: Espacio, superficie, color

App 2, 2012.

Artista alemán nacido en 1940, Knoebel es una de las piezas claves del arte germánico de la segunda mitad del siglo XX, gracias al desarrollo de un camino artístico muy al margen de otros de sus contemporáneos. Estudiante en Düsseldorf con Joseph Beauys, no fue un seguidor en sentido estricto de sus enseñanzas y sintió una mayor influencia de los postulados teóricos salidos de la Bauhaus, el suprematismo y el constructivismo.

Anima Mundi 34-2, 2009-2011.

Malevich y su Cuadrado negro, esa suerte de momento cero de la pintura, van a influir en la abstracción de Knoebel basada en la utilización de verticales y horizontales negras sobre fondo blanco, dentro de la línea marcada por el movimiento de arte abstracto lanzado por Kasimir Malevich en 1915, según escribe María Jesús Burgueño.

Cut-up 13, 2011.

Sigue al ruso en su teoría de despojar a la pintura de todo tipo de anécdota, de elemento expresivo, dejando el lienzo poblado de formas rotundas, visibles y de armónica sencillez. A eso se aplica Knoebel, pintor de paleta no demasiado amplia, a la hora de pintar unos cuadros de belleza sutil, formados en ocasiones por acumulaciones de formas capaces de crear espacios que aunque parecen visitables físicamente, únicamente son penetrables a través de la mirada.

Fishing Red I Ed., 2007-2009

El crítico Fernando Castro Flórez ha escrito sobre la obra de Knoebel que es capaz de desplazarse, con una soltura endiablada, desde el reduccionismo, en esa respuesta específicamente europea a la fenomenología propia del minimalismo americano, hasta la tonalidad barroca, presentando una superficie hipnótica o una estratificación de ritmos y colores que, a pesar de la complejidad, tienen siempre una armonía increíble.”

Molani, 2009-2010.

Itten o Moholy-Nagy son otros de los autores que están en la base del arte que desarrolla Knoebel, situación que ayuda a comprender un poco más a un autor alemán que desarrolla una geometría repetitiva, casi se diría que obsesiva un poco a modo de Mondrian.

Face (6), 2003.


Cierro el artículo de nuevo con una cita de Castro Flórez: “Los colores en expansión (cuadros dentro de los cuadros, retículas, superficies que dinamizan el monocromatismo, etc.) imponen una atmósfera de belleza absoluta; Knoebel, fascinado por el eclipse del sentido que impuso el cuadrado negro de Malevitch, termina creando un espacio plástico paradisíaco, un territorio lúdico, de colores en vibración permanente, donde la mirada puede, afortunadamente, soñar.”
Más información: Revista de Arte, Brooklyn Rail.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Algo huele a siniestro en Blackout



De nuevo a vueltas con una miniserie producida por la BBC. Esta vez se trata de Blackout o la historia en tres capítulos de Daniel Demoys (Christopher Eccleston), un oscuro político que toca el fondo de sus adicciones al alcohol, la cocaína y el sexo en una noche de lluvia en medio de un callejón oscuro donde dará comienzo su particular odisea siniestra.


Una serie en las que las calles, los callejones, la oscuridad, el ambiente general, apoyado magníficamente por una banda sonora muy efectista, terminan convirtiéndose en una gran metáfora sobre la oscuridad del alma humana. En esa noche, en esos clubes siniestros propicios para encuentros sexuales que nada tienen que ver con el amor, solo cabe oscuridad, solo caben encuentros fugaces y resacas espantosas de las que mejor no acordarse.


De un suceso recluido en lo más profundo del inconsciente alcohólico del protagonista, se iniciará un camino con múltiples recodos y en el que hasta una función de ballet de un grupo de adolescentes adquiere tonos siniestros, tanto que nada más terminar de ver el primer episodio la impresión que se tiene es la de que la historia no puede acabar bien, es imposible, no cabe un final feliz en esta historia.


Después de tocar fondo parece que algo puede cambiar, que se puede iniciar un nuevo camino dejando atrás el pasado, un pasado que lucha por volver a salir a la luz y la lucha que se plantea es encarnizada, y las buenas intenciones chocarán frontalmente con intereses oscuros en una ciudad que se debate entre entregar el destino a los ciudadanos o dejarlo en manos anónimas pero muy poderosas.


Bajo una lluvia pertinaz (paradójicamente creada por máquinas ya que la grabación coincidió con unos meses de enero y febrero de 2012 inusualmente secos en la ciudad de Manchester) todos los personajes cruzan sus particulares rubicones para intentar recuperar el rumbo de sus vidas. La oscuridad, ya se lo anticipo, es profunda y cruel.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

William Kentridge: El teatro de la mente

Drawing from Stereoscope, 1998-99.

Después de estudiar mimo y teatro en una prestigiosa escuela parisina, el sudafricano William Kentridge (Johannesburgo, 1955), se dio cuenta de que su camino artístico no estaba vinculado a la escena, al menos como actor, por lo que decidió dar un giro para dedicarse por completo al arte, sin perder por ello la vinculación teatral que ha mantenido como director, escenógrafo o guionista, lo mismo que en el cine.

Adaptability: Compliance: Silence, 1999.

Kentridge se ha convertido en uno de los grandes animadores de la escena artística internacional, gracias a un arte comprometido, muy enraizado en los problemas raciales de su país natal y que le han llevado a ser equiparado a figuras como Daumier o Goya. Del genio español son muy deudoras algunos de sus grabados e impresiones.

Arc Procesion Develop, Catch Up, Even Surpass, 1990.

Sus padres fueron abogados blancos centrados en la defensa de los derechos de los ciudadanos de color en la Sudáfrica de los años más duros del apartheid. De hecho, su padre participó en la defensa de Steve Biko, una de las figuras señeras de la defensa de los derechos civiles de la población mayoritaria del país.

Sleeper Red, 1997.

Ese contexto será capital en el posterior desarrollo artístico de Kentridge, que tiene en los conceptos de memoria, de construcción de significados, de los sentimientos de opresión, de culpa, de dolor, bases apreciables de una forma muy expresionista en la mayoría de sus obras, independientemente del camino artístico que elija en cada momento para dar salida a su creatividad.

Ubu Tells the Truth, 1996-97.

Sin embargo, sus obras no hacen referencias directas al régimen racista sudafricano, sino que lo hace en forma de, digamos, elipsis, de la metáfora, abordando la naturaleza de las emociones y su relación con la memoria en un contexto de cambio radical de las estructuras políticas en su país.

Felix in Exile, 1994.

Las figuras de Kentridge muestran claramente sentimientos de frustración, enseñan vidas encadenadas a sillas quién sabe si de oficina, recluidos en unas vidas que tienen más de prisión que de otra cosa, mientras se sienten acosados por sentimientos de duda o de culpa. De ahí que en alguna ocasión se haya calificado a sus obras como un “teatro de la mente”.

Universal Archive (Twelve Coffee Pots), 2004.


Gatos, árboles, cafeteras, figuras desnudas, son constantes en la obra del sudafricano, figuras que, a veces, somete a un proceso de pérdida de contorno en una suerte de viaje desde la figuración hasta la abstracción. Elementos que reproduce sobre páginas de libros con el objetivo de cuestionar el proceso de construcción del significado que damos a las cosas o las palabras.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Kimsooja: “La inmovilidad sólo se puede revelar a través de la movilidad y viceversa”

A Needle Woman, 1999-2001

Nacida en la población surcoreana de Taegu en 1957, Kimsooja tuvo una infancia nómada debido a un padre militar obligado a trasladar su residencia de forma periódica. En Corea existe la costumbre de envolver los objetos preciados de la familia cuando hay una mudanza, en una especie de hatillo de tela denominado bottari elaborado con colchas tradicionales del país asiático.

Architecture of Vulnerability.

Esta introducción es relevante para entender algo de la obra de esta artista, especialmente por lo que toca al bottari, elemento que se puede ver con frecuencia en sus performances, en sus fotografías o en sus vídeos. Un objeto al que la artista dota de connotaciones relacionadas con “la mujer, el sexo, el amor, el cuerpo, el sueño, la privacidad, la fertilidad, la longevidad y la salud”, tal y como se afirma en una reseña sobre la artista que se puede leer en la web del Museo Reina Sofía.

House is not a Home.

Bottari que para Kimsooja representa “la abstracción del personaje, una abstracción de la sociedad y de la historia, y del tiempo y de la memoria”, un lugar “de nacimiento, de amor, de sueño, de sufrimiento y de muerte; un fragmento de vida”.

Lotus Zone of Zero Plateau.

Y la movilidad, personas que se mueven por calles de ciudades abarrotadas, las interacciones de la artista con ese movimiento constante incluso desde el inmovilismo, son parte de algunas de las performance que ha llevado a cabo en distintos contextos urbanos superpoblados.

Bottari Truck.

“La constante interacción entre la movilidad de las personas en la calle y mi propia inmovilidad en el lugar, se activan en el transcurso de la performance dependiendo del contexto social, las personas, la naturaleza de la ciudad y de sus calles”, afirma Kimsooja convencida como está de que la “inmovilidad solo se puede revelar a través de la movilidad y viceversa”.

Mumbai Le Moulin.

Ella elige los lugares de sus acciones en función de criterios de “población, conflictos, cultura, economía e historia, y la decisión de mantenerme inmóvil ocurre de repente, como un trueno o un momento zen, cuando el conflicto entre la extrema movilidad del mundo exterior y el vortex de silencio en mi mente se traslada a mi cuerpo”.

Mandala Chant for Auschwitz.

Kimsooja dota al mismo tiempo a sus obras de silencio, de una suerte de aislamiento en medio de los sonidos de la ciudad o de los cánticos gregorianos, tibetanos o islámicos, con un papel fundamental de la respiración, a veces, el único sonido que se escucha en sus instalaciones y que crea un puente entre la vida y la muerte, siempre con la idea de querer dar sentido a lo que la rodea.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Amos Oz: El mismo mar

A través de nosotros


Antes de perdón, está libre la silla,

antes de el color de tus ojos, antes de qué quieres tomar,

antes de soy Rico y me llamo Dita, antes del roce

de una mano en un hombro,

eso pasó a través de nosotros

como una puerta entreabierta durante el sueño.


*****

Cálculos


En la calle Amirim el señor Danon aún está despierto.

Las dos de la madrugada. En la pantalla del ordenador

las cuentas mal hechas de una compañía cualquiera.

¿Error o fraude?

Busca. No encuentra. Sobre una servilleta bordada

un viejo reloj tictaquea. Se viste. Sale. En el Tíbet ya son las seis.

Olor a lluvia sin lluvia en la calle de Bat Yam.

Vacío. Silencio. Viviendas. Error

o fraude. Mañana lo veremos.


*****

El narrador copia expresiones del diccionario



Quien ha jugado con fuego,

quien ha prometido el oro y el moro

ha perdido la senda, ha perdido los estribos y está

con la soga al cuello. No ha conseguido vivir como un rey.

Ha pasado más hambre que un perro. Le ha tocado.

Los años se le han echado encima, ha recibido

su castigo, las desgracias nunca vienen solas.

Ahora estampará su firma. Dará su conformidad.


*****

Se despierta en mí el deseo



Atardecer. Llueve en las colinas vacías del desierto.

Cal y roca y olor a tierra mojada

después de un árido verano. Se despierta en mí el deseo

de ser lo que sería de no haber sabido lo que es sabido.

De ser anterior al conocimiento.

Como las colinas. Como una piedra en la superficie

de la luna. Inerte, silencioso y seguro

de que estaré tiempo en exposición.